Diálogos con Leonardo Boff y Marcia Monteiro

La semana pasada (19, 20 y 21 de mayo del 2016), tuvimos la fortuna de estar en diálogo con Leonardo Boff y Marcia Monteiro. Nos sorprendió gratamente su sencillez y su ternura.

El diálogo que tuvo con organizaciones del occidente de México que están impulsando la Campaña en Defensa de la Madre Tierra, nos cimbró a todas y todos, nadie quedó libre de llanto, pues nuestro país nos duele, sin embargo a partir del compartir del dolor, de la lucha y de la esperanza, se construye fuerza colectiva.

Boff, nos compartió que muchas veces cuando se encuentro con personas como nosotros en otros lugares, les comparte que está muy feliz de estar con ellas, ahora nos dice que está muy triste. Nos comparte la urgente necesidad de hacer una revolución de la ternura y de salvarnos como humanidad. Nos advierte, la madre tierra seguirá viva, lo que está en peligro somos las personas que habitamos este planeta.

Afirmó que desde la Teología de la Liberación y desde la Educación Popular, la apuesta es por los pobres, ahora el gran pobre es la Madre Tierra.

“Tenemos cuatro amenazas:

1. El principio de destrucción. En la actualidad existen 25 formas para destruir la vida, como ejemplo, comparte el de Chernóbil)
2. Los límites de la tierra. La tierra se ha sobrecargado un 30% de su capacidad.
3. El calentamiento global. Estamos en los límites, estamos en riesgo de un calentamiento abrupto, el cuál acabará con nuestra especie.
4. La escasez de agua potable. Quien controla el agua contrala la vida.

Ante estas amenazas, es urgente hablar de lo que nos afecta a todas y todos. Tenemos que hacer una revolución radical ecológica, los seres humanos debemos vernos como hermanos, tenemos que tener otro pensamiento, el destino común nos convoca a todas y todos. Es necesario ver a la tierra como la Pacha Mama, como Gaia, la Tierra Fecunda. Tenemos que pasar del Paradigma de la Dominación, al Paradigma del Cuidado. Todos los que estamos aquí somos consecuencia del cuidado de nuestras madres. Lo que cuidamos, lo amamos. Hay que construir una ética del cuidado, hacer un cuidado consciente. Somos “mamíferos racionales”.

La angustia mueve a las personas, es esencia del ser humano, hay que asumir el dolor. Retomar la razón intelectual, la razón cordial y la razón sensible. La cultura moderna a desaprendido a llorar, lo peor que nos puede pasar es no hacer nada. Citó a Edgar Moran, al señalar que si no nos movemos, vamos a conocer el destino de los dinosaurios, todos murieron. Por eso es importante comprender que todos somos interdependientes, todo tiene que ver con todo. Somos hijos de las estrellas. Si todo es relación, el bien que tu haces no se queda en ti, cada quien hace su propia revolución molecular y lo poco que hacemos puede ser el pequeño grano de arena que sustenta un gran edifico.

Está ausente el sentido de solidaridad. Es necesario aprender de los pueblos y aprender a comer juntos, primero los viejitos, los niños y las niñas, luego los demás.

En el caso de Brasil, 71,000 personas, controlan el 83% de la riqueza nacional, ahí se concentra la sociedad más reaccionaria, no está conforme con que un obrero y una mujer hayan sido presidentes de la república. Necesitamos redefinir el concepto de riqueza. La riqueza puede ser tan sólo el estar en paz consigo mismo, dar la mano.

Al hablar de la espiritualidad la abordo desde dos enfoques, el religioso y el antropológico. El primero referido a la pregunta del quién soy yo, que hago en este mundo, preguntarme ¿por qué llor?, la visión antrológica ve al ser humano en su totalidad, es un océano sin límites, en energía amorosa.

Los escenarios que se vislumbran:

• La tragedia posible
• La crisis, que acrisola, purifica.

Estamos en una gran crisis civilizatoria, esto nos hace pensar. Estamos ante el dolor de un parto, hay personas y grupos que resisten al sistema. Todos debemos sentirnos como una semilla, para crear una ola de verdad.

Hay que tener esperanza. La vida es un llamado para irradiar, agradecer el poco tiempo que pasamos por este planeta”

Notas de Rosa Elva Zúñiga López, en el marco de los diálogos con Leonardo Boff y Marcia Miranda, en Guadalajara, en tres tardes de Mayo del 2016.