Fundado en 1963 su objetivo es aportar desde la Educación y la Comunicación Popular a la defensa del territorio, a la fundación de la democracia y a la vigencia de los derechos humanos
Texto: Luisa Velásquez/IMDEC
Del 10 al 18 de mayo se llevo a cabo en Argentina el IV Congreso Latinoamericano de Cultura Viva comunitaria 2019, con el lema “Territorios para el buen vivir”, en el cual participamos desde IMDEC como organización de defensa de la vida y su reproducción y desde el Festival de la Tierra como una red de articulación temática a favor de la defensa de la madre tierra y el buen vivir. Esta edición se desarrolló en formato de carava recorriendo de poniente a oriente 1400 kilómetros del territorio Argentino, conociendo experiencias territoriales de cultura viva en Mendoza, Córdoba, Paraná y Buenos Aires.
Este IV congreso , que representa un hito en la historia de este movimiento, fue un proceso participativo que nos permitió articular los contenidos, las prácticas y los desafíos de nuestros procesos territoriales en el nuevo contexto Latinoamericano. Esta ocasión fue la oportunidad de recuperar los avances experimentados en los Congresos anteriores de Bolivia (2013), El Salvador (2015) y Ecuador (2017) para proyectar, en base a la fuerza de las iniciativas cotidianas que hoy dan vida a nuestros movimientos y redes, el fortalecimiento de la organización local y continental.
La Cultura Viva Comunitaria se trata de la recuperación histórica de una vocación continental, una caravana no solo de resistencia, sino de construcción de una nueva asociatividad que ha comenzado hace más de quinientos años. Desde entonces, nuestras culturas vivas comunitarias recomenzaron un camino hacia una práctica colectiva, basada en la paz, la solidaridad, la cooperación.
Redes y movimientos de arte, cultura, educación y comunicación se han ido entrelazando con movimientos políticos, sindicales, sociales, de pueblos originarios, ambientales. La cultura viva comunitaria ha estado presente en todos los procesos de transformación social.
Este movimiento fue cobrando cada vez mayor visibilidad en los territorios y construyendo sus herramientas políticas e institucionales: ordenanzas, leyes y programas de Gobierno se conjugaban con festivales, caravanas, encuentros y foros. En cada país se empezaron a conformar redes de promoción de la Cultura Viva Comunitaria, que organicen los territorios y promuevan políticas públicas. Nació así la Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria, un espacio de formación y articulación entre organizaciones y redes.
El congreso conto con un amplio programa cultural de teatro, danza, música, audiovisual, presentaciones de libros, charlas, circo social, fotografía y los 11 círculos de la palabra que dan estructura a nuestro movimiento:
En esta ocasión desde IMDEC participamos en la discusión del circulo 11 referente a la estructura organizacional del movimiento, donde después de mas de 4 días de realizar análisis de los contextos y políticas nacionales de cada país, la coyuntura política, el estado de las redes territoriales y temáticas se acordaron realizar grandes cambios a la estructura orgánica eliminando las representatividades nacionales y cediendo a los círculos de la palabra la base del movimiento, ya que son estos espacios de articulación quienes se mantienen vivos entre congreso y congreso, declarándonos un movimiento abierto a la articulación por auto convocación de quienes compartes nuestra búsqueda por la vida buena.
Al final del congreso se acordó la sede de los próximos dos congresos, garantizando con ello una estrategia a mediano plazo siendo el Perú sede del V Congreso en el 2021 y México sede del VI Congreso para el 2023.
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